Estar presente con LO QUE ES definitivamente es el lugar donde empezar, el lugar principal. El lugar en el que se nos olvida estar la mayoría del tiempo.
Pero también está bien ir a LO QUE QUIERE SER, a lo que quiere nacer, lo que quiere aflorar. Y llamades ahí, atraídes por eso, a veces, quizás casi inmediatamente, notamos que algo nos detiene. Quizás tenemos miedo, o no sabemos cómo proceder.
Y esto casi siempre nos lleva a LO QUE FUE. A cierta manera en la que no podemos plenamente habitar LO QUE ES porque aún estamos en LO QUE FUE.
Entonces, a pesar de que seguido escuchemos que “hay que soltar el pasado”, no es mala idea ir a visitarlo, para ver qué necesita nuestra atención que nos tiene con un pie atorado ahí. No es mala idea ir ahí enteramente.
¿Qué pasa si hago de LO QUE FUE mi LO QUE ES por un momento? Si llevo el yo de LO QUE ES hacia atrás, para estar presente con el yo de LO QUE FUE.
Regreso para llevar lo que pertenece ahí que aún estoy cargando, y traer de ahí lo que dejé atrás que necesita rescatarse. Le doy mi atención a lo que no fue llorado o celebrado adecuadamente en su momento. O simplemente a lo que no fue atestiguado o vivido plenamente. Permito que se exprese, que se libere, que se complete… permito que haga lo que sea que necesite hacer. Y después regreso a LO QUE ES.
Y puede ser que entonces mi LO QUE ES sea más puro, por haberme inclinado hacia adelante y recargado hacia atrás.
En algún sentido todo el tiempo existe a la vez, ¿o no? ¿No es eso lo que (en mis poco elegantes palabras) dicen los teóricos de la física? Toda nuestra existencia resuena internamente, girando sobre sí misma en la rueda del tiempo.
¿Qué ocurre si lo habitamos todo, haciendo de este momento, de cualquier LO QUE ES que sea que estemos habitando en este momento, el EJE? Esto quiere decir que no tenemos que apartar el pasado o el futuro. Podemos sentirnos libres de encarnarlo todo, de entregarnos al doble y desdoble del tiempo.
Encuentro que puedo hacer de esto una práctica meditativa. Me siento girar, mover. Siento cómo no puedo evitar estar en el momento presente, cómo verdaderamente nunca me voy de ahí.
Y cómo siempre se va.
Me adentro en ese partir. Y esto me hace notar la ráfaga de lo que viene. Siempre, lo que va y lo que viene como el fundamento de mi ser. El presente que no dura ni un instante, el presente que dura eternamente. Siento cómo estoy en el flujo de ese río de ir y venir. Siempre, el flujo de ese río.
Yo soy el río, el lecho del río, una piedra en el río.
Fluidez
John O’Donohue
Amaría vivir
Como fluye un río,
Llevado por la sorpresa
De se propio desdoblar.
De Conamara Blues: Poems
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